Making of Frankie

¿De dónde vino Frankie? ¿Cuál fue el proceso creativo?

La creación de esta marca fue un proceso muy divertido, tanto para mí como para el cliente, por que estuvimos en contacto durante todo el proceso, y gracias a su feedback el diseño final refleja fielmente sus intenciones.

Todo empezó con un buen nombre: FRANKENSTEIN, que define a la perfección al cliente en sí, un grupo muy variado, joven y vivo de músicos escandalosos y simpatiquísimos.

Ellos me pidieron que hiciera un diseño con el que se identificaran, querían que se viera la imagen más clásica del monstruo (la más reconocible), pero con un toque suyo juvenil y desenfadado. Con esto en mente, me fui directa a ver los carteles de sus películas de principios del siglo XX y sorprendida, descubrí que hay un sinfín de merchandising de nuestro querido protagonista: muñecos, disfraces, tazas…

Me armé de valor y buceé en ese inmenso mar de ideas, buscando hacer que esta xaranga fuese especial. Dibujé mil ideas, bocetos y probé con varias paletas de colores, hasta que di con la idea.

Sería reconocible, sí: Su cara, reforzada con la tipografía. Estaría serio sí, es un monstruo después de todo, pero sexy, atractivo, algo pícaro. Entre la luz y la sombra, dos colores complementarios (o casi), y manteniéndolo sencillo, reproducible sin esfuerzo, pero con impacto.

Así nació la monstruosamente genial Xaranga Frankenstein.

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Where did Frankie come from? How the creative process went?

The creation of this brand was a very fun process, both for me and for the client, because we were in contact throughout the process, and thanks to their feedback the final design faithfully reflects their intentions.

It all started with a good name: FRANKENSTEIN, which perfectly defines the client itself, a very varied, young and lively group of boisterous and very amusing musicians.

They asked me to make a design with they can identify themselves, they wanted to see the most classic image of the monster (the most recognizable), but with a touch of youth and confidence. With this in mind, I went straight to see the posters of the monster’s films of the early XX century and surprisingly, I discovered that there is endless merchandising of our beloved protagonist: dolls, costumes, cups ...

I gathered my courage and dived in that enormous sea ​​of ​​ideas, seeking to make this xaranga special. I drew a thousand ideas, sketches and tried several colour palettes, until I came up with the idea.

It would be recognizable, yes: His face, strengthened by the typography. He would be serious yes, he is a monster after all, but sexy, attractive, somewhat roguish. Between light and shadow, two complementary colours (or almost), and keeping it simple, effortless duplicable, but with impact.

Thus the terrifying great Xaranga Frankenstein was born.